El avance de la revolución venezolana y la coordinación socialista internacional
Comité central de Socialist Worker-New Zealand (Obrero Socialista-Nueva Zelanda)
1 de mayo 2007
Esta declaración del 1 de mayo del comité central de Socialist Worker-Nueva Zelanda responde a la invitación hecha por Alex Callinicos, dirigente del Socialist Workers Party británico, a debatir su propuesta (27 de septiembre de 2006) de que la International Socialist Tendency (Tendencia Socialista Internacional, TSI) adopte una nueva estructura de “coordinación”.
Socialist Worker de Nueva Zelanda está afiliado a la TSI desde 1995. Creemos que la cuestión de una coordinadora de la TSI exige que el conjunto de la TSI llegue, en primer lugar, a un consenso sobre el contexto político global y las tareas globales fundamentales de la TSI, ya que las cuestiones políticas y de organización no pueden separarse.
CONTEXTO POLÍTICO GLOBAL
Socialist Worker de Nueva Zelanda cree que entre los elementos clave del contexto político global se incluyen:
- La enorme agitación interna y las rivalidades del imperialismo global, que determinan la guerra de los Estados Unidos para mantener sus posiciones en relación con las potencias rivales, principalmente China, la Unión Europea y Rusia.
- El debilitamiento de la capacidad de los Estados Unidos para afirmar su poder por la fuerza militar, como consecuencia de la heroica resistencia del pueblo iraquí a la ocupación imperialista de su país.
- La masiva oposición popular a la guerra de Irak que, en algunos países, ha supuesto la emergencia de grandes movimientos contra la guerra. Si Irán es atacado, es probable que se produzca un estallido del movimiento contra la guerra en las calles.
- Una inquietud creciente y generalizada ante el caos ecológico planetario, debida a la difusión masiva del problema del cambio climático.
- La creciente oposición política al neoliberalismo, particularmente avanzada en Latinoamérica.
- Signos reiterados de agitación y organización sindical de los obreros en algunos países.
- La profundización del proceso revolucionario en Venezuela, marcada por el “giro a la izquierda” de Hugo Chávez, paralelo a su reelección como presidente el 3 de diciembre de 2006.
LA REVOLUCIÓN VENEZOLANA TIENE UNA TRASCENDENCIA GLOBAL
Socialist Worker de Nueva Zelanda considera que la revolución en curso en Venezuela va a definir toda una época.
El estancamiento del ejército de los Estados Unidos en Irak amplía el espacio para que los socialistas chavistas de Venezuela planteen un serio desafío al capitalismo a las mismas puertas de Washington.
Este desafío tiene profundas consecuencias para los socialistas de todo el mundo. La profundización de la revolución en Venezuela es una oportunidad histórica para que los socialistas pongan de relieve una alternativa real a la desigualdad, el caos ecológico y la guerra capitalistas.
Es el despliegue de la revolución venezolana el avance más importante de la causa de los trabajadores desde la revolución bolchevique de 1917? La respuesta unánime de los delegados a la reciente conferencia nacional de Socialist Worker de Nueva Zelanda fue afirmativa.
Las masas de Venezuela están respaldando un auténtico proyecto revolucionario, de un modo desconocido en los últimos 90 años. Aunque nada es seguro, esto podría dar un impulso masivo a un formidable renacimiento del movimiento socialista revolucionario internacional.
La significación histórica mundial de los acontecimientos de Venezuela y sus consecuencias para la coordinación y la orientación de la TSI constituyen el objetivo de esta declaración de Socialist Worker-Nueva Zelanda.
SITUACIÓN POLÍTICA EN VENEZUELA
Socialist Worker-Nueva Zelanda ofrece este análisis sumario de la situación política de Venezuela:
- Existe, en la actualidad, una situación de doble poder en Venezuela, donde las fuerzas de clase antagónicas están en equilibrio precario. Aunque este estado de cosas se prolonga desde hace bastante tiempo, es intrínsecamente inestable y no puede mantenerse eternamente. Una de las dos coaliciones de clase acabará imponiéndose en la lucha por decidir si Venezuela supera el capitalismo y avanza hacia el socialismo. En esta lucha, el impacto de los acontecimientos globales va a ser fundamental, ya que la degeneración estalinista de la Unión Soviética en los años 20 demostró que el “socialismo en un solo país” no puede soportar largo tiempo las presiones del capitalismo mundial.
- Una parte enorme de la población de Venezuela está activamente implicada en el proceso revolucionario. El papel de los movimientos de base fue decisivo en la derrota del golpe militar derechista de 2002 y la restauración del gobierno chavista electo. En las elecciones presidenciales de diciembre de 2006, Hugo Chávez, que basó su campaña en un programa abiertamente socialista, obtuvo el 63% de los votos (7,3 millones de personas). En la semana anterior a la votación, 2,5 millones de personas, la mitad de la población de Caracas, se manifestaron en las calles de la capital para apoyar a Chávez frente a las provocaciones contrarrevolucionarias.
- Las masas y los dirigentes de la Revolución Bolivariana están planteándose cuestiones fundamentales relativas a la naturaleza del socialismo y el modo de conquistarlo. El problema del poder del estado, particularmente, está siendo motivo de un debate de masas: ¿Puede someterse a la voluntad popular el estado capitalista existente, o deben crearse nuevos órganos de poder popular para hacer frente a la burocracia pro-capitalista y el poder económico de la clase capitalista? Cada vez más, la respuesta se encuentra en la construcción práctica de estructuras alternativas de poder popular.
INICIATIVAS POSITIVAS DE LA DIRECCIÓN
Chávez y compañía, que son los dirigentes reconocidos de la revolución, han aprendido mucho desde que el antiguo oficial del ejército fue elegido presidente en 1998. Ante todo, han aprendido de las acciones de las masas del pueblo que, a su vez, se han inspirado en los dirigentes chavistas que promueven el “socialismo del siglo XXI”.
Tanto la dirección como las masas han aprendido del enfrentamiento con los golpes militares, el sabotaje económico y la guerra de propaganda de las fuerzas pro-capitalistas. Cuando se plantea una guerra abierta, hay que aprender rápidamente o sucumbir.
A comienzos de 2005, Chávez dijo que había creído en una “tercera vía”, la cual describió como un intento de “enmascarar” a la bestia capitalista, y añadió que esta creencia había sido “destruida por la realidad” y que ahora es un socialista. En los seis últimos meses, Chávez ha avanzado hacia conclusiones revolucionarias, definiéndose como “trotskista” y proclamando la “revolución permanente”. Ha hecho repetidos llamamientos al “desmantelamiento del estado burgués” para construir el socialismo en Venezuela.
Socialist Worker-Nueva Zelanda reconoce el carácter muy positivo de las iniciativas de Chávez y compañía, dirigidas a superar el doble poder y avanzar hacia el socialismo. Chávez denomina este proceso “revolución en la revolución”. Entre sus iniciativas, destacamos:
LOS CONSEJOS COMUNALES
La expansión de los consejos comunales (que en la actualidad suman 19.000) por toda Venezuela están animando la democracia participativa de masas y atrayendo a un mayor número de gentes de base al proceso revolucionario.
Los consejos comunales inciden positivamente en el aumento del poder de las masas de pobres urbanos –los obreros precarios y los pequeños comerciantes de las ciudades que constituyen más de la mitad de la población total de Venezuela. Aunque estos consejos no son lo mismo que los soviets obreros de la Rusia de 1917, son fundamentales en un país donde la mayoría del pueblo vive en las ciudades pero carece de empleo permanente, y por supuesto de sindicatos.
Los consejos comunales podrían tener más en común con los comités de campesinos pobres que los bolcheviques intentaron (sin éxito) establecer como vehículos emancipatorios para las masas de trabajadores rurales y campesinos pobres de Rusia. La gran diferencia es que los comités de campesinos pobres de los bolcheviques fueron constituidos en el campo, donde su dispersión en grandes zonas les hacía vulnerables a la presión de los enemigos de clase, mientras que los consejos comunales chavistas han surgido en las ciudades, donde la concentración de las masas de pobres, y su proximidad a los obreros organizados les ofrecen la posibilidad de desplazar a los órganos de poder político capitalistas.
MISIONES SOCIALES
Las misiones sociales populares, financiadas directamente con los ingresos del petróleo nacionalizado, han mejorado las condiciones de vida de los pobres en Venezuela.
Además, las misiones educativas, sanitarias, de bienestar social y cooperativas, todas ellas sostenidas por ejércitos de voluntarios, han comenzado a establecer nuevas líneas de poder. Chávez lo definió así en junio de 2006:
“Las misiones sociales se han convertido en instrumentos para la construcción del socialismo. Pero no son el socialismo. Son armas para la construcción del socialismo, dirigidas a incorporar a todo el mundo, a imponer y practicar la igualdad”.
DESAFÍO AL MERCADO
Venezuela sigue siendo una economía capitalista, y el capital sigue afluyendo al país, en busca de beneficios. Pero el gobierno de Chávez ha introducido medidas que están haciendo frente al poder del capital. Entre ellas:
- Impulsar la nacionalización de la industria petrolera, así como la nacionalización planificada de las empresas de energía y telecomunicaciones.
- La redistribución gubernamental de la riqueza procedente del petróleo de propiedad estatal, entre los pobres de Venezuela.
- Incrementos sustanciales del salario mínimo.
- Reforzamiento de las medidas fiscales para impedir la evasión de impuestos.
- Imposición de precios máximos para los alimentos de primera necesidad.
- Iniciativas para abolir la independencia del neoliberal Banco Central de Venezuela.
PARTIDO SOCIALISTA UNIFICADO DE VENEZUELA
Para avanzar desde el doble poder hacia el socialismo, se requiere un partido socialista de masas que eduque, agrupe y organice a las bases populares en torno a la lucha por la liberación desde abajo.
Chávez animó la formación de un Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), al que compara con el partido bolchevique de Lenin.
El proceso de formación de este “partido de combate” ya está agudizando las diferencias entre revolucionarios y reformistas, que habían estado latentes en el agrupamiento previo, mal definido, de los partidos que “apoyaban” a Chávez. Estos partidos han tenido la opción de disolverse en el nuevo partido socialista de masas o bien permanecer fuera del gobierno chavista.
Sería utópico pensar que el PSUV va a convertirse inmediatamente en un partido revolucionario homogéneo. Será, sin embargo, un partido socialista de masas, con lazos orgánicos con las bases populares que apoyan el curso de la revolución. El proceso de construcción del PSUV va a desafiar al sector reformista del movimiento bolivariano, precipitando una “batalla ideológica” con la participación de las masas.
Aunque la iniciativa del PSUV procede de Chávez, el partido va a construirse “desde abajo”. Los militantes socialistas, que han desempeñado un papel fundamental en la movilización del voto chavista en las elecciones presidenciales de 2006, se han convertido en “promotores” del nuevo partido socialista de masas. Están dirigiéndose al pueblo para registrar afiliados, que se organizarán en “batallones socialistas” de 200 miembros. El objetivo es organizar 20.000 batallones en toda Venezuela, que elegirán delegados a la conferencia fundacional del PSUV en agosto de 2007.
La conferencia tendrá una duración de al menos tres meses, con interrupciones periódicas para que los delegados regresen a su “batallón” para discutir propuestas y reanuden luego las sesiones con un mandato renovado de las bases.
Socialist Worker-Nueva Zelanda cree que el PSUV es un instrumento clave para educar, unificar y organizar a las masas de Venezuela, de modo que puedan dar impulso a la revolución socialista.
Así como creemos que todos los revolucionarios de Venezuela deben unirse a este partido socialista de masas, creemos también que los grupos revolucionarios de los demás países deben establecer relaciones de camaradería con el PSUV.
La confluencia de los consejos comunales, las misiones sociales, los desafíos al mercado, la formación del PSUV y otras iniciativas emancipatorias de Chávez y compañía, dan lugar a un mecanismo de transición mediante el cual las bases populares de Venezuela pueden avanzar hacia la derrota de las fuerzas contrarrevolucionarias por la vía del socialismo. El Programa de Transición de Trotsky vive en Venezuela, en la medida que el concepto de liberación desde abajo adquiere una forma concreta y masiva.
UNA DEBILIDAD DE LA REVOLUCIÓN
El futuro del proceso revolucionario en Venezuela está íntimamente unido al crecimiento y la movilización del sector de obreros sindicados que, en la actualidad, representa una fuerza minúscula, en comparación con los obreros precarios y los pequeños comerciantes de las ciudades, sin duda los grupos de población más numerosos del país.
Las reducidas dimensiones del sector de obreros sindicados es una debilidad de la revolución que no puede superarse fácilmente. Esta debilidad se agrava por la dañina escisión política de la primera central sindical del país, la Unión Nacional de Trabajadores (UNT). Estos factores sociales y políticos están impidiendo que los obreros organizados aceleren el proceso revolucionario.
Esta debilidad ha sido reconocida por el gobierno chavista. Chávez ha hablado a menudo de la necesidad de que la UNT y los obreros organizados tengan un papel dirigente en la revolución. Se ha animado a los trabajadores a tomar el control de las fábricas y crear consejos obreros. Hay algunos avances, pequeños pero positivos, en esta dirección.
Socialist Worker-Nueva Zelanda cree que el PSUV será un instrumento clave para llevar a los obreros a la primera línea de la revolución. Este fue, ciertamente, el papel que desempeñaron los bolcheviques de Lenin en el reducido sector de obreros sindicados en la Rusia pre-revolucionaria.
EL COMPROMISO CON LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA
Aunque Chávez y compañía partían de un enfoque reformista radical, el despliegue de la lucha de clases les ha empujado hacia una perspectiva socialista que adquiere rasgos revolucionarios de masas cada vez más acentuados.
Es evidente que nadie puede dar por segura la victoria de la revolución venezolana. Pero en este momento, Chávez y compañía se desplazan en una dirección coherentemente socialista, en su esfuerzo por superar el capitalismo. A lo largo de este proceso, se están enfrentando a numerosos problemas específicamente venezolanos, y están ofreciendo soluciones inéditas en la historia del socialismo, tales como la función preferente de los consejos comunales en un país donde hay más población urbana trabajando en la economía “informal” que en las empresas privadas o estatales.
El despliegue de la revolución venezolana está obteniendo un apoyo masivo de las bases populares de Latinoamérica, y está alimentando una revuelta continental contra las políticas económicas neoliberales y la dominación imperial de los Estados Unidos. Recientemente, Ecuador y Bolivia han elegido presidentes sobre la base de políticas explícitamente socialistas para plantar cara al poder de las multinacionales.
Vivimos tiempos apasionantes. Millones de personas, inspiradas por Chávez y la “revolución en la revolución” de Venezuela, discuten seriamente de socialismo y actúan sobre esa base.
Los socialistas de todo el mundo no pueden dejar de entusiasmarse con la revolución bolivariana. Deben establecer vínculos con los dirigentes de la revolución, que van a integrarse en el PSUV, para que se produzca una reciprocidad de ideas que promueva la lucha global por la auto-emancipación desde la base. Socialist Worker-Nueva Zelanda quiere anudar estos lazos prácticos con nuestros compañeros del PSUV, en una tierra donde el socialismo está en camino de convertirse en una fuerza determinante.
Socialist Worker-Nueva Zelanda y un amplio espectro de gentes de izquierdas han constituido el Venezuela Aotearoa Solidarity Team (Bloque o Grupo de Solidaridad Venezuela-Aotearoa).Queremos divulgar la revolución venezolana entre la clase trabajadora de este país. Queremos construir una coalición solidaria capaz de oponerse con eficacia a cualquier intervención en Venezuela por parte de los Estados Unidos y sus aliados foráneos.
En nuestro trabajo de solidaridad en coaliciones amplias, como los movimientos contra la guerra, la islamofobia y el cambio climático, señalamos a Venezuela como una alternativa positiva al imperialismo, la opresión y la crisis ecológica.
LAS PROPUESTAS DE ALEX PARA UNA COORDINACIÓN DE LA TSI
Es en el contexto del avance de la revolución en Venezuela que Socialist Worker-Nueva Zelanda responde a la propuesta de Alex Callinicos de crear una “coordinadora” de la TSI. Alex define esta coordinadora como un conjunto de “organizaciones escogidas”, cuyas direcciones celebrarían consultas y reuniones entre las asambleas anuales de la TSI para “discutir iniciativas, problemas, etc.”
Socialist Woker-Nueva Zelanda se plantea dos problemas fundamentales en relación con esta propuesta de coordinación. En primer lugar, no está íntimamente ligada a la situación política global, y en particular a la necesidad de que la TSI se vincule al proceso revolucionario de masas en Venezuela. La propuesta, por el contrario, se formula en términos de los procesos internos de la propia TSI.
Socialist Worker-Nueva Zelanda cree que, si continúa moviéndose en la dirección actual, la revolución venezolana va a transformar los movimientos socialistas y obreros de todos los países, en todos los continentes, tal como sucedió con la revolución bolchevique entre 1917-1924. Así pues, más que mirar hacia su interior, la TSI necesita volcarse hacia fuera: hacia el ascenso revolucionario más avanzado de los últimos 90 años, y los reagrupamientos socialistas globales que, inevitablemente, va a poner en movimiento.
En este momento, parece haber diferencias reales entre los grupos afiliados a la TSI sobre la naturaleza de los acontecimientos de Venezuela. En un extremo del espectro de la TSI, Socialist Worker-Nueva Zelanda ve a Chávez y compañía como el centro de la más importante “revolución en la revolución” desde que los bolcheviques proclamaron “Todo el poder a los soviets” en la Rusia de 1917. En el otro extremo, la revolución venezolana estuvo ausente de los boletines oficiales de discusión del Socialist Workers Party británico en el período previo a su conferencia nacional de enero de 2007.
¿Cómo formar, entonces, una coordinadora de la TSI, cuando esta parece carecer de una auténtica coordinación política a propósito de la cuestión estratégica fundamental de la revolución venezolana? Si se estableciese sobre la única base de la táctica organizativa de la TSI, esta coordinadora de la TSI sería una farsa desde el inicio.
El desarrollo de la revolución venezolana ha provocado intensas discusiones entre las distintas organizaciones marxistas del mundo acerca del contenido de la revolución, el avance hacia el socialismo, la dialéctica entre masas y dirigentes, la extensión del control obrero y otras cuestiones estratégicas.
Todos tenemos mucho que aprender de los acontecimientos históricos de Venezuela. No podemos pretender que ningún grupo marxista tiene respuestas a medida para cualquier problema. Una coordinadora de la TSI, por tanto, debe basarse en la tarea de facilitar este debate global entre todos los grupos marxistas, la mayoría de ellos no integrados en la TSI, al tiempo que promueve la inmersión de la TSI en un compromiso estratégico con los dirigentes del PSUV.
Lo que la TSI tiene que empezar a coordinar es un debate global sobre la revolución venezolana, y esto requiere una aportación democrática de los grupos afiliados a la TSI en todo el mundo.
Esto nos lleva a nuestra segunda preocupación fundamental. La propuesta de una coordinadora de la TSI pretende otorgar poderes indeterminados a una serie de organizaciones “escogidas”. Una tal “selección” colocaría a los grupos no escogidos al margen de la toma de decisiones en la TSI, dada la tiranía de la distancia en una coalición global como la TSI. Impondría la lacra burocrática de un “centro” de iniciados y una “periferia” de no iniciados en la TSI.
Por qué no ha de haber un representante de cada grupo de la TSI en la coordinadora? Con la moderna tecnología de la comunicación, los encuentros cara a cara en Londres pueden sustituirse por reuniones virtuales, de muy bajo coste, que enlacen todos los continentes. Ya existe la base material para una coordinadora integrada de la TSI que interactúe a escala global con la frecuencia que sea precisa. La cuestión real que se plantea es si la TSI dispone del consenso político y la voluntad de crearla.
LAS PROPUESTAS DE SOCIALIST WORKER-NUEVA ZELANDA
En opinión de Socialist Worker-Nueva Zelanda, es urgente y decisivo que la TSI se vincule al proceso revolucionario en Venezuela y las oportunidades que está generando para los socialistas de todo el mundo.
Para movernos en esta dirección, Socialist Worker-Nueva Zelanda plantea tres propuestas concretas:
1) El mayor número posible de compañeros hispanohablantes de la TSI deben asistir a la conferencia fundacional del PSUV que comienza en agosto de 2007
2) En consulta con los dirigentes del PSUV y marxistas de otros países que asistan a la conferencia del PSUV, los asistentes hispanohablantes de la TSI deben iniciar un debate global sobre la naturaleza, estrategias y perspectivas de la revolución venezolana.
3) Para ayudar a la coordinación de este debate global sobre la revolución venezolana, debe crearse, con el apoyo de la tecnología moderna, una coordinadora de la TSI, formada por un delegado de cada grupo, con reuniones “virtuales” de todos sus miembros cada vez que sea preciso.
FUNDAMENTOS DE UNA INTERNACIONAL SOCIALISTA DE MASAS
El fracaso de las fuerzas de Estados Unidos en Irak ha abierto un espacio más amplio para la acción de los socialistas en todo el mundo. En Venezuela, por primera vez desde los bolcheviques de Lenin, observamos un movimiento de masas en camino de establecer el socialismo en los límites de todo un país. La primera línea de esta nueva era de la guerra entre el capitalismo y el socialismo se encuentra hoy en Venezuela.
Aún allí donde ha habido resistencia a la ofensiva neoliberal de las dos últimas décadas, el movimiento obrero internacional ha se ha visto trabado por la noción de que “no existe una alternativa”. La revolución venezolana vuelve a poner el socialismo a la orden del día de un modo práctico y real: del mismo modo en que la mayoría de la gente va a acercarse al socialismo. La TSI debe ser una parte orgánica de este proceso.
Una coordinadora de la TSI tiene que centrar sus esfuerzos en vincularse con fuerzas externas a la propia TSI. Esto se debe a que el avance de la revolución venezolana y las revueltas en toda Latinoamérica van, probablemente, a sentar las bases materiales fundamentales de un reagrupamiento positivo de la izquierda socialista y radical en cada continente, y de la irrupción paralela de una internacional socialista de masas.
Socialist Worker-Nueva Zelanda cree que las decisiones políticas y organizativas que se tomen en la TSI deben reflejar esta oportunidad histórica de avanzar hacia una internacional socialista de masas. Esta es la primera vez, desde los primeros tiempos de la Comintern, que existe una posibilidad semejante.
Esto exige que la TSI se vincule directamente con los dirigentes del PSUV en la construcción de una internacional socialista de masas. Si damos este giro hoy, la TSI puede desempeñar un papel positivo en este proceso.
Socialist Worker-Nueva Zelanda invita a los grupos afiliados a la TSI y a las demás organizaciones socialistas a debatir este texto. Enviad vuestros comentarios a:
Central committee
Socialist Worker-New Zealand
PO Box 13-685
Auckland
New Zealand
socialist-worker@pl.net
64 9 634 3984
Saludos solidarios,
Comité central de Socialist Worker-Nueva Zelanda
FIRMADO POR
Don Archer
Grant Brookes
Joe Carolan
Gordon Farris
Vaughan Gunson
Bernie Hornfeck
Peter Hughes
Daphne Lawless
Grant Morgan
Len Parker
Tony Snelling-Berg
Comité central de Socialist Worker-New Zealand (Obrero Socialista-Nueva Zelanda)
1 de mayo 2007
Esta declaración del 1 de mayo del comité central de Socialist Worker-Nueva Zelanda responde a la invitación hecha por Alex Callinicos, dirigente del Socialist Workers Party británico, a debatir su propuesta (27 de septiembre de 2006) de que la International Socialist Tendency (Tendencia Socialista Internacional, TSI) adopte una nueva estructura de “coordinación”.
Socialist Worker de Nueva Zelanda está afiliado a la TSI desde 1995. Creemos que la cuestión de una coordinadora de la TSI exige que el conjunto de la TSI llegue, en primer lugar, a un consenso sobre el contexto político global y las tareas globales fundamentales de la TSI, ya que las cuestiones políticas y de organización no pueden separarse.
CONTEXTO POLÍTICO GLOBAL
Socialist Worker de Nueva Zelanda cree que entre los elementos clave del contexto político global se incluyen:
- La enorme agitación interna y las rivalidades del imperialismo global, que determinan la guerra de los Estados Unidos para mantener sus posiciones en relación con las potencias rivales, principalmente China, la Unión Europea y Rusia.
- El debilitamiento de la capacidad de los Estados Unidos para afirmar su poder por la fuerza militar, como consecuencia de la heroica resistencia del pueblo iraquí a la ocupación imperialista de su país.
- La masiva oposición popular a la guerra de Irak que, en algunos países, ha supuesto la emergencia de grandes movimientos contra la guerra. Si Irán es atacado, es probable que se produzca un estallido del movimiento contra la guerra en las calles.
- Una inquietud creciente y generalizada ante el caos ecológico planetario, debida a la difusión masiva del problema del cambio climático.
- La creciente oposición política al neoliberalismo, particularmente avanzada en Latinoamérica.
- Signos reiterados de agitación y organización sindical de los obreros en algunos países.
- La profundización del proceso revolucionario en Venezuela, marcada por el “giro a la izquierda” de Hugo Chávez, paralelo a su reelección como presidente el 3 de diciembre de 2006.
LA REVOLUCIÓN VENEZOLANA TIENE UNA TRASCENDENCIA GLOBAL
Socialist Worker de Nueva Zelanda considera que la revolución en curso en Venezuela va a definir toda una época.
El estancamiento del ejército de los Estados Unidos en Irak amplía el espacio para que los socialistas chavistas de Venezuela planteen un serio desafío al capitalismo a las mismas puertas de Washington.
Este desafío tiene profundas consecuencias para los socialistas de todo el mundo. La profundización de la revolución en Venezuela es una oportunidad histórica para que los socialistas pongan de relieve una alternativa real a la desigualdad, el caos ecológico y la guerra capitalistas.
Es el despliegue de la revolución venezolana el avance más importante de la causa de los trabajadores desde la revolución bolchevique de 1917? La respuesta unánime de los delegados a la reciente conferencia nacional de Socialist Worker de Nueva Zelanda fue afirmativa.
Las masas de Venezuela están respaldando un auténtico proyecto revolucionario, de un modo desconocido en los últimos 90 años. Aunque nada es seguro, esto podría dar un impulso masivo a un formidable renacimiento del movimiento socialista revolucionario internacional.
La significación histórica mundial de los acontecimientos de Venezuela y sus consecuencias para la coordinación y la orientación de la TSI constituyen el objetivo de esta declaración de Socialist Worker-Nueva Zelanda.
SITUACIÓN POLÍTICA EN VENEZUELA
Socialist Worker-Nueva Zelanda ofrece este análisis sumario de la situación política de Venezuela:
- Existe, en la actualidad, una situación de doble poder en Venezuela, donde las fuerzas de clase antagónicas están en equilibrio precario. Aunque este estado de cosas se prolonga desde hace bastante tiempo, es intrínsecamente inestable y no puede mantenerse eternamente. Una de las dos coaliciones de clase acabará imponiéndose en la lucha por decidir si Venezuela supera el capitalismo y avanza hacia el socialismo. En esta lucha, el impacto de los acontecimientos globales va a ser fundamental, ya que la degeneración estalinista de la Unión Soviética en los años 20 demostró que el “socialismo en un solo país” no puede soportar largo tiempo las presiones del capitalismo mundial.
- Una parte enorme de la población de Venezuela está activamente implicada en el proceso revolucionario. El papel de los movimientos de base fue decisivo en la derrota del golpe militar derechista de 2002 y la restauración del gobierno chavista electo. En las elecciones presidenciales de diciembre de 2006, Hugo Chávez, que basó su campaña en un programa abiertamente socialista, obtuvo el 63% de los votos (7,3 millones de personas). En la semana anterior a la votación, 2,5 millones de personas, la mitad de la población de Caracas, se manifestaron en las calles de la capital para apoyar a Chávez frente a las provocaciones contrarrevolucionarias.
- Las masas y los dirigentes de la Revolución Bolivariana están planteándose cuestiones fundamentales relativas a la naturaleza del socialismo y el modo de conquistarlo. El problema del poder del estado, particularmente, está siendo motivo de un debate de masas: ¿Puede someterse a la voluntad popular el estado capitalista existente, o deben crearse nuevos órganos de poder popular para hacer frente a la burocracia pro-capitalista y el poder económico de la clase capitalista? Cada vez más, la respuesta se encuentra en la construcción práctica de estructuras alternativas de poder popular.
INICIATIVAS POSITIVAS DE LA DIRECCIÓN
Chávez y compañía, que son los dirigentes reconocidos de la revolución, han aprendido mucho desde que el antiguo oficial del ejército fue elegido presidente en 1998. Ante todo, han aprendido de las acciones de las masas del pueblo que, a su vez, se han inspirado en los dirigentes chavistas que promueven el “socialismo del siglo XXI”.
Tanto la dirección como las masas han aprendido del enfrentamiento con los golpes militares, el sabotaje económico y la guerra de propaganda de las fuerzas pro-capitalistas. Cuando se plantea una guerra abierta, hay que aprender rápidamente o sucumbir.
A comienzos de 2005, Chávez dijo que había creído en una “tercera vía”, la cual describió como un intento de “enmascarar” a la bestia capitalista, y añadió que esta creencia había sido “destruida por la realidad” y que ahora es un socialista. En los seis últimos meses, Chávez ha avanzado hacia conclusiones revolucionarias, definiéndose como “trotskista” y proclamando la “revolución permanente”. Ha hecho repetidos llamamientos al “desmantelamiento del estado burgués” para construir el socialismo en Venezuela.
Socialist Worker-Nueva Zelanda reconoce el carácter muy positivo de las iniciativas de Chávez y compañía, dirigidas a superar el doble poder y avanzar hacia el socialismo. Chávez denomina este proceso “revolución en la revolución”. Entre sus iniciativas, destacamos:
LOS CONSEJOS COMUNALES
La expansión de los consejos comunales (que en la actualidad suman 19.000) por toda Venezuela están animando la democracia participativa de masas y atrayendo a un mayor número de gentes de base al proceso revolucionario.
Los consejos comunales inciden positivamente en el aumento del poder de las masas de pobres urbanos –los obreros precarios y los pequeños comerciantes de las ciudades que constituyen más de la mitad de la población total de Venezuela. Aunque estos consejos no son lo mismo que los soviets obreros de la Rusia de 1917, son fundamentales en un país donde la mayoría del pueblo vive en las ciudades pero carece de empleo permanente, y por supuesto de sindicatos.
Los consejos comunales podrían tener más en común con los comités de campesinos pobres que los bolcheviques intentaron (sin éxito) establecer como vehículos emancipatorios para las masas de trabajadores rurales y campesinos pobres de Rusia. La gran diferencia es que los comités de campesinos pobres de los bolcheviques fueron constituidos en el campo, donde su dispersión en grandes zonas les hacía vulnerables a la presión de los enemigos de clase, mientras que los consejos comunales chavistas han surgido en las ciudades, donde la concentración de las masas de pobres, y su proximidad a los obreros organizados les ofrecen la posibilidad de desplazar a los órganos de poder político capitalistas.
MISIONES SOCIALES
Las misiones sociales populares, financiadas directamente con los ingresos del petróleo nacionalizado, han mejorado las condiciones de vida de los pobres en Venezuela.
Además, las misiones educativas, sanitarias, de bienestar social y cooperativas, todas ellas sostenidas por ejércitos de voluntarios, han comenzado a establecer nuevas líneas de poder. Chávez lo definió así en junio de 2006:
“Las misiones sociales se han convertido en instrumentos para la construcción del socialismo. Pero no son el socialismo. Son armas para la construcción del socialismo, dirigidas a incorporar a todo el mundo, a imponer y practicar la igualdad”.
DESAFÍO AL MERCADO
Venezuela sigue siendo una economía capitalista, y el capital sigue afluyendo al país, en busca de beneficios. Pero el gobierno de Chávez ha introducido medidas que están haciendo frente al poder del capital. Entre ellas:
- Impulsar la nacionalización de la industria petrolera, así como la nacionalización planificada de las empresas de energía y telecomunicaciones.
- La redistribución gubernamental de la riqueza procedente del petróleo de propiedad estatal, entre los pobres de Venezuela.
- Incrementos sustanciales del salario mínimo.
- Reforzamiento de las medidas fiscales para impedir la evasión de impuestos.
- Imposición de precios máximos para los alimentos de primera necesidad.
- Iniciativas para abolir la independencia del neoliberal Banco Central de Venezuela.
PARTIDO SOCIALISTA UNIFICADO DE VENEZUELA
Para avanzar desde el doble poder hacia el socialismo, se requiere un partido socialista de masas que eduque, agrupe y organice a las bases populares en torno a la lucha por la liberación desde abajo.
Chávez animó la formación de un Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), al que compara con el partido bolchevique de Lenin.
El proceso de formación de este “partido de combate” ya está agudizando las diferencias entre revolucionarios y reformistas, que habían estado latentes en el agrupamiento previo, mal definido, de los partidos que “apoyaban” a Chávez. Estos partidos han tenido la opción de disolverse en el nuevo partido socialista de masas o bien permanecer fuera del gobierno chavista.
Sería utópico pensar que el PSUV va a convertirse inmediatamente en un partido revolucionario homogéneo. Será, sin embargo, un partido socialista de masas, con lazos orgánicos con las bases populares que apoyan el curso de la revolución. El proceso de construcción del PSUV va a desafiar al sector reformista del movimiento bolivariano, precipitando una “batalla ideológica” con la participación de las masas.
Aunque la iniciativa del PSUV procede de Chávez, el partido va a construirse “desde abajo”. Los militantes socialistas, que han desempeñado un papel fundamental en la movilización del voto chavista en las elecciones presidenciales de 2006, se han convertido en “promotores” del nuevo partido socialista de masas. Están dirigiéndose al pueblo para registrar afiliados, que se organizarán en “batallones socialistas” de 200 miembros. El objetivo es organizar 20.000 batallones en toda Venezuela, que elegirán delegados a la conferencia fundacional del PSUV en agosto de 2007.
La conferencia tendrá una duración de al menos tres meses, con interrupciones periódicas para que los delegados regresen a su “batallón” para discutir propuestas y reanuden luego las sesiones con un mandato renovado de las bases.
Socialist Worker-Nueva Zelanda cree que el PSUV es un instrumento clave para educar, unificar y organizar a las masas de Venezuela, de modo que puedan dar impulso a la revolución socialista.
Así como creemos que todos los revolucionarios de Venezuela deben unirse a este partido socialista de masas, creemos también que los grupos revolucionarios de los demás países deben establecer relaciones de camaradería con el PSUV.
La confluencia de los consejos comunales, las misiones sociales, los desafíos al mercado, la formación del PSUV y otras iniciativas emancipatorias de Chávez y compañía, dan lugar a un mecanismo de transición mediante el cual las bases populares de Venezuela pueden avanzar hacia la derrota de las fuerzas contrarrevolucionarias por la vía del socialismo. El Programa de Transición de Trotsky vive en Venezuela, en la medida que el concepto de liberación desde abajo adquiere una forma concreta y masiva.
UNA DEBILIDAD DE LA REVOLUCIÓN
El futuro del proceso revolucionario en Venezuela está íntimamente unido al crecimiento y la movilización del sector de obreros sindicados que, en la actualidad, representa una fuerza minúscula, en comparación con los obreros precarios y los pequeños comerciantes de las ciudades, sin duda los grupos de población más numerosos del país.
Las reducidas dimensiones del sector de obreros sindicados es una debilidad de la revolución que no puede superarse fácilmente. Esta debilidad se agrava por la dañina escisión política de la primera central sindical del país, la Unión Nacional de Trabajadores (UNT). Estos factores sociales y políticos están impidiendo que los obreros organizados aceleren el proceso revolucionario.
Esta debilidad ha sido reconocida por el gobierno chavista. Chávez ha hablado a menudo de la necesidad de que la UNT y los obreros organizados tengan un papel dirigente en la revolución. Se ha animado a los trabajadores a tomar el control de las fábricas y crear consejos obreros. Hay algunos avances, pequeños pero positivos, en esta dirección.
Socialist Worker-Nueva Zelanda cree que el PSUV será un instrumento clave para llevar a los obreros a la primera línea de la revolución. Este fue, ciertamente, el papel que desempeñaron los bolcheviques de Lenin en el reducido sector de obreros sindicados en la Rusia pre-revolucionaria.
EL COMPROMISO CON LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA
Aunque Chávez y compañía partían de un enfoque reformista radical, el despliegue de la lucha de clases les ha empujado hacia una perspectiva socialista que adquiere rasgos revolucionarios de masas cada vez más acentuados.
Es evidente que nadie puede dar por segura la victoria de la revolución venezolana. Pero en este momento, Chávez y compañía se desplazan en una dirección coherentemente socialista, en su esfuerzo por superar el capitalismo. A lo largo de este proceso, se están enfrentando a numerosos problemas específicamente venezolanos, y están ofreciendo soluciones inéditas en la historia del socialismo, tales como la función preferente de los consejos comunales en un país donde hay más población urbana trabajando en la economía “informal” que en las empresas privadas o estatales.
El despliegue de la revolución venezolana está obteniendo un apoyo masivo de las bases populares de Latinoamérica, y está alimentando una revuelta continental contra las políticas económicas neoliberales y la dominación imperial de los Estados Unidos. Recientemente, Ecuador y Bolivia han elegido presidentes sobre la base de políticas explícitamente socialistas para plantar cara al poder de las multinacionales.
Vivimos tiempos apasionantes. Millones de personas, inspiradas por Chávez y la “revolución en la revolución” de Venezuela, discuten seriamente de socialismo y actúan sobre esa base.
Los socialistas de todo el mundo no pueden dejar de entusiasmarse con la revolución bolivariana. Deben establecer vínculos con los dirigentes de la revolución, que van a integrarse en el PSUV, para que se produzca una reciprocidad de ideas que promueva la lucha global por la auto-emancipación desde la base. Socialist Worker-Nueva Zelanda quiere anudar estos lazos prácticos con nuestros compañeros del PSUV, en una tierra donde el socialismo está en camino de convertirse en una fuerza determinante.
Socialist Worker-Nueva Zelanda y un amplio espectro de gentes de izquierdas han constituido el Venezuela Aotearoa Solidarity Team (Bloque o Grupo de Solidaridad Venezuela-Aotearoa).Queremos divulgar la revolución venezolana entre la clase trabajadora de este país. Queremos construir una coalición solidaria capaz de oponerse con eficacia a cualquier intervención en Venezuela por parte de los Estados Unidos y sus aliados foráneos.
En nuestro trabajo de solidaridad en coaliciones amplias, como los movimientos contra la guerra, la islamofobia y el cambio climático, señalamos a Venezuela como una alternativa positiva al imperialismo, la opresión y la crisis ecológica.
LAS PROPUESTAS DE ALEX PARA UNA COORDINACIÓN DE LA TSI
Es en el contexto del avance de la revolución en Venezuela que Socialist Worker-Nueva Zelanda responde a la propuesta de Alex Callinicos de crear una “coordinadora” de la TSI. Alex define esta coordinadora como un conjunto de “organizaciones escogidas”, cuyas direcciones celebrarían consultas y reuniones entre las asambleas anuales de la TSI para “discutir iniciativas, problemas, etc.”
Socialist Woker-Nueva Zelanda se plantea dos problemas fundamentales en relación con esta propuesta de coordinación. En primer lugar, no está íntimamente ligada a la situación política global, y en particular a la necesidad de que la TSI se vincule al proceso revolucionario de masas en Venezuela. La propuesta, por el contrario, se formula en términos de los procesos internos de la propia TSI.
Socialist Worker-Nueva Zelanda cree que, si continúa moviéndose en la dirección actual, la revolución venezolana va a transformar los movimientos socialistas y obreros de todos los países, en todos los continentes, tal como sucedió con la revolución bolchevique entre 1917-1924. Así pues, más que mirar hacia su interior, la TSI necesita volcarse hacia fuera: hacia el ascenso revolucionario más avanzado de los últimos 90 años, y los reagrupamientos socialistas globales que, inevitablemente, va a poner en movimiento.
En este momento, parece haber diferencias reales entre los grupos afiliados a la TSI sobre la naturaleza de los acontecimientos de Venezuela. En un extremo del espectro de la TSI, Socialist Worker-Nueva Zelanda ve a Chávez y compañía como el centro de la más importante “revolución en la revolución” desde que los bolcheviques proclamaron “Todo el poder a los soviets” en la Rusia de 1917. En el otro extremo, la revolución venezolana estuvo ausente de los boletines oficiales de discusión del Socialist Workers Party británico en el período previo a su conferencia nacional de enero de 2007.
¿Cómo formar, entonces, una coordinadora de la TSI, cuando esta parece carecer de una auténtica coordinación política a propósito de la cuestión estratégica fundamental de la revolución venezolana? Si se estableciese sobre la única base de la táctica organizativa de la TSI, esta coordinadora de la TSI sería una farsa desde el inicio.
El desarrollo de la revolución venezolana ha provocado intensas discusiones entre las distintas organizaciones marxistas del mundo acerca del contenido de la revolución, el avance hacia el socialismo, la dialéctica entre masas y dirigentes, la extensión del control obrero y otras cuestiones estratégicas.
Todos tenemos mucho que aprender de los acontecimientos históricos de Venezuela. No podemos pretender que ningún grupo marxista tiene respuestas a medida para cualquier problema. Una coordinadora de la TSI, por tanto, debe basarse en la tarea de facilitar este debate global entre todos los grupos marxistas, la mayoría de ellos no integrados en la TSI, al tiempo que promueve la inmersión de la TSI en un compromiso estratégico con los dirigentes del PSUV.
Lo que la TSI tiene que empezar a coordinar es un debate global sobre la revolución venezolana, y esto requiere una aportación democrática de los grupos afiliados a la TSI en todo el mundo.
Esto nos lleva a nuestra segunda preocupación fundamental. La propuesta de una coordinadora de la TSI pretende otorgar poderes indeterminados a una serie de organizaciones “escogidas”. Una tal “selección” colocaría a los grupos no escogidos al margen de la toma de decisiones en la TSI, dada la tiranía de la distancia en una coalición global como la TSI. Impondría la lacra burocrática de un “centro” de iniciados y una “periferia” de no iniciados en la TSI.
Por qué no ha de haber un representante de cada grupo de la TSI en la coordinadora? Con la moderna tecnología de la comunicación, los encuentros cara a cara en Londres pueden sustituirse por reuniones virtuales, de muy bajo coste, que enlacen todos los continentes. Ya existe la base material para una coordinadora integrada de la TSI que interactúe a escala global con la frecuencia que sea precisa. La cuestión real que se plantea es si la TSI dispone del consenso político y la voluntad de crearla.
LAS PROPUESTAS DE SOCIALIST WORKER-NUEVA ZELANDA
En opinión de Socialist Worker-Nueva Zelanda, es urgente y decisivo que la TSI se vincule al proceso revolucionario en Venezuela y las oportunidades que está generando para los socialistas de todo el mundo.
Para movernos en esta dirección, Socialist Worker-Nueva Zelanda plantea tres propuestas concretas:
1) El mayor número posible de compañeros hispanohablantes de la TSI deben asistir a la conferencia fundacional del PSUV que comienza en agosto de 2007
2) En consulta con los dirigentes del PSUV y marxistas de otros países que asistan a la conferencia del PSUV, los asistentes hispanohablantes de la TSI deben iniciar un debate global sobre la naturaleza, estrategias y perspectivas de la revolución venezolana.
3) Para ayudar a la coordinación de este debate global sobre la revolución venezolana, debe crearse, con el apoyo de la tecnología moderna, una coordinadora de la TSI, formada por un delegado de cada grupo, con reuniones “virtuales” de todos sus miembros cada vez que sea preciso.
FUNDAMENTOS DE UNA INTERNACIONAL SOCIALISTA DE MASAS
El fracaso de las fuerzas de Estados Unidos en Irak ha abierto un espacio más amplio para la acción de los socialistas en todo el mundo. En Venezuela, por primera vez desde los bolcheviques de Lenin, observamos un movimiento de masas en camino de establecer el socialismo en los límites de todo un país. La primera línea de esta nueva era de la guerra entre el capitalismo y el socialismo se encuentra hoy en Venezuela.
Aún allí donde ha habido resistencia a la ofensiva neoliberal de las dos últimas décadas, el movimiento obrero internacional ha se ha visto trabado por la noción de que “no existe una alternativa”. La revolución venezolana vuelve a poner el socialismo a la orden del día de un modo práctico y real: del mismo modo en que la mayoría de la gente va a acercarse al socialismo. La TSI debe ser una parte orgánica de este proceso.
Una coordinadora de la TSI tiene que centrar sus esfuerzos en vincularse con fuerzas externas a la propia TSI. Esto se debe a que el avance de la revolución venezolana y las revueltas en toda Latinoamérica van, probablemente, a sentar las bases materiales fundamentales de un reagrupamiento positivo de la izquierda socialista y radical en cada continente, y de la irrupción paralela de una internacional socialista de masas.
Socialist Worker-Nueva Zelanda cree que las decisiones políticas y organizativas que se tomen en la TSI deben reflejar esta oportunidad histórica de avanzar hacia una internacional socialista de masas. Esta es la primera vez, desde los primeros tiempos de la Comintern, que existe una posibilidad semejante.
Esto exige que la TSI se vincule directamente con los dirigentes del PSUV en la construcción de una internacional socialista de masas. Si damos este giro hoy, la TSI puede desempeñar un papel positivo en este proceso.
Socialist Worker-Nueva Zelanda invita a los grupos afiliados a la TSI y a las demás organizaciones socialistas a debatir este texto. Enviad vuestros comentarios a:
Central committee
Socialist Worker-New Zealand
PO Box 13-685
Auckland
New Zealand
socialist-worker@pl.net
64 9 634 3984
Saludos solidarios,
Comité central de Socialist Worker-Nueva Zelanda
FIRMADO POR
Don Archer
Grant Brookes
Joe Carolan
Gordon Farris
Vaughan Gunson
Bernie Hornfeck
Peter Hughes
Daphne Lawless
Grant Morgan
Len Parker
Tony Snelling-Berg
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